Concierto para Violín ( Tchaikovsky)

Un regalo para un domingo de confinamiento

Este es uno de los conciertos para violín más deliciosos que uno puede escuchar en esta vida. Fue recreado en la película «El Concierto» con un argumento entre Moscú y París algo disparatado, pero que en mi opinión encajaba muy bien con esta obra. Además, en ningún momento del film, esta sale malparada, como ha ocurrido en otros experimentos de la gran pantalla.

Me encantan las películas dedicadas a una obra musical. Me ocurrió lo mismo con el Rachmaninov nº 3 de la película «Shine» dedicada por entero al endiablado concierto para piano.

Sin duda alguna, este es uno de los más famosos conciertos para violín del repertorio romántico. Melodioso, azucarado, brillante, como suelen ser todas las obras de este compositor y pensado para un rutilante lucimiento de este instrumento, sin ningún guiño al resto. Siendo una obra difícil, pues es famoso por su complejidad, es también uno de los más populares e incluso de los que más fácilmente pueden ser disfrutados por los que no están muy iniciados en el mundo clásico.

El concierto completo dura unos cuarenta minutos. Disfrutadlo.

Hace unos años Janine Jansen interpretó este mismo concierto en Barcelona. Tuve la oportunidad de hablar con ella, y me pareció una persona muy simpática, lista y despierta, además de guapa y muy alta. En el escenario derrocha expresividad, aunque algunos la acusen de echarle excesivo «cuento» a lo ajeno a la música. Yo la encontré magnífica, no solo en su faceta musical, sino en la atmósfera especial que crea cuando interpreta y cómo consigue llenar el escenario completamente. No solo lo que uno escucha es bonito sino que todo el conjunto adquiere una química muy especial. Creo que se convertirá en una de las absolutas reinas del violín en unos años.


El programa inicial no era este. Tenía que tocar el número 2 de Prokofiev y cuando llegamos a la sala, nos enteramos de que ella había pedido cambiarlo por este concierto. Hubo gente algo disgustada. A nadie nos gusta que nos cambien lo que hemos «comprado» previamente. Resultó que había estado enferma en los días previos y no lo había podido preparar bien.
Yo, sin embargo, me olvidé completamente del prometido Prokofiev. Seguro que vendrá a tocarlo en otra ocasión. Y además será una excusa perfecta para intentar volverla a ver.

Es este concierto de Berlín también el público se saltó el protocolo aplaudiendo al final del primer tiempo, como también ocurrió en el de Barcelona, lo cual debe evitarse si se hace caso a los ortodoxos en la materia. Cuesta creer que Tchaikovsky estuviera tan mal como se dice cuando escribió algo tan bonito como este concierto. En aquel momento, se encontraba en Suiza recuperándose de una depresión y un intento de suicidio, nada más y nada menos.

La naturaleza humana nos sorprende siempre recordándonos de que en medio de las dificultades siempre existe sitio para la belleza y la creatividad. Y esta situación vuelve a ser un gran ejemplo para ello.

Hoy además es un día gris y lluvioso, por si teníamos poco. He pensado que estaría bien dedicarle cuarenta minutos a la Filarmónica de Berlín y a Janine Jansen. También al pobre Tchaikovsky que tuvo una vida bien perra, mucho peor de lo que nosotros nos podamos hacer cargo en estas circunstancias tan extrañas.

En castellano debería decir Chaikovski, pero a mí se me hace muy raro. Me gusta más Tchaikovsky. Y más aún con el Pyotr Ilyich delante. Para mí, uno de los grandes y de los que siempre son bienvenidos en mi casa.

Todo irá bien.

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